Sentarme de nuevo en la sala OFF de La Latina para presenciar la última función de "¡Ay,Carmela!" en Madrid, ha sido una experiencia a la altura de las emociones que nos presenta CARAMBA TEATRO. Una mezcla de sensaciones antagónicas que no han dejado indiferente al público: felicidad y nostalgia, vida y muerte, valentía y miedo...
Tuve la oportunidad de ver a Carmela y Paulino y "sus variedades a lo fino" hace casi dos años y he sentido que he evolucionado con la historia y con los actores, pero sobre todo con la audiencia. Los efectos escénicos, marcados por la austeridad del teatro vacío, nos introducen en la obra como milicianos polacos haciéndonos experimentar la vida y la muerte. La obra de José Sanchis Sinisterra y los actores consiguen crear un espacio único entre escenario y público, no solo por los recursos escénicos, sino por la grandeza de la obra, que arrastra al espectador hasta introducirlo en la trama creando un solo "ente".
La sensación final ha sido la de un público contento y emocionado que no solo ha empatizado con la historia de Paulino y Carmela, sino que ha llegado al culmen con el grandioso final que nos presenta la obra. En definitiva, la creatividad nos hace libres y estaremos siempre cerca de Paula y Guillermo saboreando esa libertad.
Victoria Alonso
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