viernes, 27 de marzo de 2015

LA SEÑORITA CELIA o EL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO por Sara Núñez de Arenas

Hay muchos actores a los que no les gusta ir al teatro. No van.
Ellos hacen teatro, pero no van.
Jamás son público más que para sus amigos o familiares.
Y yo creo que es porque jamás tuvieron una señorita Celia.

La señorita Celia, me llevó por primera vez al teatro.
Bueno, esto es mentira. Pero con ella fui al teatro por primera vez yo sola.
Fue a ver un espectáculo de la bailarina María Giménez en el que hacía flamenco con puntas de ballet. Era un teatro que había al lado de un centro comercial de Madrid.
Mi abuela me llevó a la puerta del teatro, y medio asustada por dejarme sola le dijo a la profesora que ahí estaría cuando terminase. La señorita Celia le dijo:
"Tranquila, no va a pasarle nada."
MENTIRA
La señorita Celia mintió vilmente a mi abuela Sabina.
¿Que no iba a pasarme nada?
¿Cómo se atrevió?


Por primera vez fui público. Desde ese día fueron más y más funciones:  La magia de Los hijos del Capitan Grant, el dolor de Nacho Duato, la artesanía mágica de Los entremeses del Teatro de Cámara, la angustia de Largo viaje hacia la noche, la incomprensión de La gaviota, los sueños de El Lago de los Cisnes, el bienhacer con ¡Ay, Carmela!, el hostiazo de Misántropo, el oro del siglo de Don Gil de las Calzas Verdes, quiero ser actriz con Hello Dolly, quiero ser Bella de La Bella y la Bestia, joder Ricardo Darín en Arte, Amparo Baró subiendo esa escalera en Agosto, cuando Asunción Balaguer saluda yo lloro en El Pisito, el  yo soy El Fantástico Francis Hardy y también soy Hedda Gabler, y vivo en Veraneantes, y pobre Doña Inés en  Don Juan Tenorio, no se me sale el corazón en El Público y quiero vivir en el Teatro Español en Eloisa está debajo de un almendro, y quien es ese que hace de Carmen Sevilla en La Katársis del Tomatazo y el futuro radiante de La Merda.
20 años yendo al teatro.

Gracias a esa mentira de la señorita Celia, encontré mi idioma, y al margen de todos los lugares donde quiera meterme, el teatro es mi casa. Desde la taquilla, hasta la cabina de los técnicos, los vestuarios, las gradas, los huecos de las gradas, los trozos de telón, los almacenes, las oficinas llenas de cálculos deficitarios (siempre, deficitarios), las salas de ensayos, la sección minúscula de teatro y poesía de las grandes librerías.
Todo eso es mi casa.

Yo no se si me dedicaré al teatro cuando sea mayor.
Yo no sé cuando voy a ser mayor.
Ni cuando consideraré que me estoy dedicando a algo.
Pero se, que siempre que vaya al teatro, como dice mi madre, es el mejor día de todos desde que salgo de casa, desde que se espera la cola, desde que tienes tu entrada en la mano e imaginas como será el teatro y donde te vas a sentar, y de pronto.. las luces se ponen en negro. Y todo está por suceder.
Cualquier cosa es posible en ese único, diminuto y jodido instante antes de que ¡BABUM!
Y lo más posible es que salgas, y no te haya gustado nada.
O te hayas fijado en cuantos focos caben por cercha, o de qué manera tan irritante pronuncia las eses la actriz.
Eso es lo más posible.
Pero ¿Y si hay un milagro?
Y si de pronto no ves el número de focos, ni que hay actores, ni escenografías. Si de pronto todo aquello se transforma en una experiencia real para tí.
¿Entonces?
Entonces amigo mío, estás jodido.
Para siempre.

Feliz día Mundial del Teatro
(o como dice mi genio favorito: "World theater day mis cojones")

Sara Núñez de Arenas






3 comentarios :

  1. Si Teatro existiera como persona, hoy estaría orgulloso de leer este post. Además estaría orgulloso de saber que puede haber más gente que lo lea. Teatro estaría encantado de abrir sus puertas para que la gente contara esos focos, viera esos cálculos deficitarios e incluso tuvieran una charla con la señorita Celia. De hecho, Teatro está encantado de tener a la señorita Celia. Y la señorita Celia está encantada de tener gente como la abuela Sabina, que hacen llegar al señor Teatro a la gente por primera vez.

    Sencillamente sensacional, creo que cualquiera que lea esto, vaya cada día al teatro, una vez al mes o cada 29 de febrero... A todos les debería unir un pensamiento en común.

    "Debo ir mucho más al teatro"

    Enhorabuena Teatro, agradecido a la señorita Celia, gracias a la abuela Sabina y feliz de que compartas este cuentito Sara.

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  2. Gracias a todas las Señoritas Celias del mundo.

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