sábado, 17 de enero de 2015

EL GUIONISTA CONTABLE: Superhéroes

Abro la puerta del restaurante a las 9 de la mañana, cuando llego a mi puesto de trabajo. Soy el segundo en llegar, después de Virtudes. Virtudes es nuestra empleada de limpieza, que llega cuando el sol aún se está desperezando.
Tiene algo más de cincuenta años, la voz ronca, una coleta por decreto, viste de negro y en manga corta. En enero y en manga corta.
No acabo de entrar, cuando cada mañana me sale al paso.

-Buenos días Virtudes.
-Buenos días cariño. ¡Cómo estaba esto hoy! Necesito amoniaco, pape...
-Virtudes...
-Que te deje llegaaar -me interrumpe con una sonrisa.

Bajo hacia la oficina y normalmente me escolta preocupándose sobre mi estado o sobre mis quehaceres del día anterior.

Virtudes es la persona que puede que cobre menos de las 50 personas que hay en plantilla. Bueno, es la que menos cobra. Barre, friega, pasa la bayeta, el plumero, pule barandillas, sube escaleras, limpia cristales, baños, váteres...

-Porque yo en el váter soy de las que mete la mano -diría ella.



Hace tantísimas cosas y todas ellas de un perfil no muy vocacional. Un camarero, en muchos casos es vocacional, un cocinero, un barman... Un actor, un director, un guionista... ¿Pero personal de limpieza? Estoy seguro de que no.
Virtudes es una persona muy entregada y de no quejarse o de quejarse a medias. O de quejarse por vicio.

-Cariño, que si los empleados no pueden entrar en el baño de clientes, que no entren, que es que encima luego hacen de cuerpo y no limpian -me dice y sale de la oficina.
-Entra en 4, 3, 2, 1... -pienso.
-Que a mí me da igual si hacen de cuerpo, si además es algo natural, pero que lo dejen limpito -añade y cierra de nuevo para volver a abrir- O que me llamen y lo limpio yo, que a mí me da igual, tú ya sabes que yo soy de las...
-Que meeete la mano, Virtudes -finalizo yo. Ella sonríe y sale.

Ese es su mayor vicio. Entrañablemente quejica.
Y os digo, que eso de que los superhéroes no existen es mentira. Virtudes es una de las muchas heroínas que campan en todas las empresas.

 

Héroe es aquel que tras diez horas de trabajo hace un último ensayo para un rato después dar un concierto hasta altas horas de la madrugada por amor al arte. Nunca mejor dicho.
Héroe es aquel que consigue hacer que una empresa en tiempos de crisis salga adelante.
Héroe es aquel otro que después de servir cien menús Bigmac, aún tiene una sonrisa para acercarse a un casting de un papel en una serie.
Y sin lugar a dudas es aquel que crea, inventa e imagina historias para llevarlas a cabo sobre un escenario o ante una cámara. Y todo eso a pesar de que el Estado le imponga un 21% de IVA, dejando la virtud de la cultura a la altura del alcohol, del vicio.
Vicios y Virtudes. Doble V. Como el single. Como el grupo.
Ese es el mayor héroe, porque el superhéroe es el que lo hace y lo hace regalado.



Superhéroes que, las circunstancias y los hechos les obligan a crear una pared de piedras alrededor de su corazón, sin por ello dejar de sentir lo que hacen. Y de eso, es por donde empezaría yo a crear una historia que empezó con mi amigo Carlos Núñez, una noche tras una función de teatro regalada. La historia de un corazón rodeado de piedras. La historia de un superhéroe en la actualidad.

Seguro que conocéis a más de una y a más de uno. Todos queremos tener uno. Todos necesitamos uno. No sólo lo digo yo, también lo cantaba Bonnie Tyler en su gran I need a hero
Nuestra Virtudes no viste con capa ni lleva la ropa interior por encima de los pantalones. Como ya os he dicho, viste de negro, en manga corta y en enero. Cambia el Batmóvil por el autobús 24 y la escoba es su bandera, pero sin duda es nuestra heroína particular.




Y si no existen ni Spiderman ni Superman es básicamente porque no podrían compartir un mundo con Virtudes. Si la araña se acercara a picar a Peter Parker,  moriría debido a un mochazo y la kriptonita de Clark Kent, ya hubiera sido reutilizada para abrillantar alguna barandilla.



Álex Vikiingo

2 comentarios :

  1. Me he emocionado solo de pensar en la cantidad de héroes que, sin saberlo, tengo a mi alrededor... ¡OLE POR ELLOS!

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    1. Muchísimas gracias Mario. Y no dudes que ese tipo de héroes jamás van a desaparecer. La vocación unida a la devoción es tremendamente imparable.

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