sábado, 21 de junio de 2014

RETRATOS: Beatriz Guzmán por Sara Núñez de Arenas




Descubrir que la persona que admiras, es una hermana que la vida te tenía reservada, es una cosa muy rara. A veces te he visto como un yo en mayor. Muchas como aquello en lo que me quería convertir. Otras como aquello que me aterroriza. Pero en todas, veo parte de mí. 
Beatriz Guzmán, es de esos seres que todo el mundo comienza admirando y que poco a poco creen en la necesidad de rescatar. ¿Rescatar de qué? De su propio talento, de su fe ciega, de su necesidad de seguir pese a todo, pese a sí misma.

Tú bien sabes, querida Beatriz, que el primer día que te ví como Masha en La Gaviota de Ángel Gutiérrez, sufrí una de las impresiones más grandes de toda mi vida artística. Yo, que quería al teatro por encima de todo y aún no lo sabía, me encontré con una criatura absolutamente hermosa, concentrada, de una potencia y una capacidad de ilusionar fuera de todo lo que había visto hasta entonces.

Un día, que yo andaba en ese mismo Teatro de Cámara como taquillera, de pronto apareció aquella mujer, que hacía dos años había visto en el escenario. Como una loca me fui corriendo hacia tí y te dije ¡Eres Masha! Mi entusiasmo te asustó un poco, pero a partir de ahí surgiste como la mejor compañera que se puede tener. Hemos trabajado tanto, hemos hecho tantas mudanzas, tantos papeles absurdos, tantos kilómetros, tantas maletas y remaletas, tantos Huescas y tantos ¡Me voy, no puedo más! 
Tanto y tanto. 

2009 “LA GAVIOTA” de ANTON CHEJOV / ANGEL GUITIERREZ/ MASHA / TEATRO DE CÁMARA


El día que estuve en La Gaviota, pensé que era la primera vez que te veía, pero en realidad no fue así. Tú y yo no lo sabíamos, pero cuando tenía doce años y el colegio me llevó a ver Los Entremeses al Teatro de Cámara Chéjov de Madrid, la actriz que hacía el papel de Lorencica, eras tú, tenías dieciocho años. Diez años después, yo me pondría ese vestido azul otra vez. 

Y es que ahora pienso que no se cual de las dos ocasiones en que estuve contigo en ese escondite de San Cosme y San Damián, causó más impacto en mí, pero creo que sin aquella Masha yo no habría querido ser actriz, ni dedicarme al teatro de la misma forma. 

Gracias Beatriz por enseñarme la constancia y la fe. Gracias Beatriz por seguir luchando siempre. 

Eres una criatura rara, antigua y necesaria.
2008 “HARTA” / 16mm / ELISABETH STISHOVA / MOSCÚ





Sara Núñez de Arenas

0 comentarios :

Publicar un comentario